31.7.06

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26.7.06

Diario El Nortino, Sábado 20 de Noviembre de 1999

IQUIQUEÑO SERÁ RECONOCIDO POR LOS PERIODISTAS DE ESPECTÁCULOS
BAZÁES INTERVIENE ESPACIOS,

CREA NARRATIVAS, GANA PREMIOS

El diseñador teatral Rodrigo Bazáes, recibirá la distinción de la Asociación de Periodistas de Espectáculos por su ‘Aporte al Diseño Escenográfico’. Gemelos, Brunch o Almuerzo de Medio Día y Los Bufones de Shakespeare, son los últimos trabajos del artista que confesó “alegría” por el reconocimiento. “Porque es una consecuencia del trabajo”.


MARCELO LOPEZ M.
El 19 de diciembre, Rodrigo Bazáes Nieto continuará con el diseño de Impasse, obra de actores jóvenes como Francisco Pérez, Néstor Cantillana y Camila Videla. Y en la noche, asistirá a la entrega de los premios Apes. Probablemente, se siente junto a alguno de los directores con los que ha trabajado, porque Ramón Griffero y Alfredo Castro están nominados nuevamente. Esperará hasta oír su nombre y con 26 años recién cumplidos, recibirá por segunda vez un reconocimiento de la Asociación de Periodistas de Espectáculos.

Aunque el artista iquiqueño dice estar más preocupado por la alegría que pueda significar para “la familia y los amigos”, que del premio. “La gente que a uno lo quiere es quien más disfruta de estos acontecimientos, porque parece que cautiva la exposición pública de las personas. La visibilidad se asocia al heroísmo”. Pero acepta sentir “una especie de alegría”, pese a no tener muy claro el objetivo de estos estímulos. “Nunca he entendido totalmente el fin que persiguen y creo que se podría cuestionar qué criterio utilizan para evaluar. En todo caso, los veo como consecuencia del trabajo que se realiza y tengo la impresión que a través de ellos puede haber un acercamiento a la actividad que uno desarrolla. Estoy contento”.

Hace dos años, el motivo del reconocimiento fue el montaje de La Marejada, de Jorge Díaz. Obra que diseñó cuando, recién egresado de la Universidad de Chile, tuvo a su cargo la temporada del Teatro Nacional.

Desierto y transparencias


Casa de Luna, que dirigió Alfredo Castro y Comedia de Equivocaciones de Shakespeare, cuyo director fue Andrés Céspedes, iniciaron el ciclo de 1997, que terminó con Fantasmas Borrachos de Radrigán, bajo la dirección de Rodrigo Pérez.

‘Aporte al Diseño Esceográfico’ es el nombre del premio que recibirá el presente año. Gemelos, Brunch o Almuerzo de Medio Día y Los Bufones de Shakespeare, son las piezas que le valieron este Apes. En ellas desarrolla una nueva narrativa teatral, que se caracteriza por la utilización de transparencias y monocromías, pero se basa en la “búsqueda de espacios que tengan leyes internas”. Por ejemplo, en Brunch, la dramaturgia del director Ramón Griffero alcanza una de sus máximas expresiones junto a la labor de Bazáes. Una escenografía doble, dividida por un vidrio-espejo y las luces, permiten la creación de una imagen virtual donde se proyecta lo que ocurre en otro lugar.

Esa idea es parte del sello de Rodrigo Bazáes, en cuyos diseños va plasmando algunas de sus obsesiones. “Busco elaborar un trabajo de autor, por lo tanto, es lógico que se vayan plasmando ciertas fijaciones personales. Yo me concentro en el norte, busco rescatar su memoria colectiva, su archivo histórico. Y una de mis fuentes es el desierto. Por eso utilizo simetrías, monocromías y transparencias, que es lo que me inspira del desierto, de donde salen algunos de sus fantasmas como los obreros pampinos. Todo lo que se fundió en una sola idea con la estética de lo clínico y ortopédico, otro de mis fantasmas”.

25.7.06

Bazáes paparazeao


EXTRACTO DEL REPORTAJE los nuevos influyentes (ISABEL EYZAGUIRRE, LUZ EDWARDS, CATALINA OLIVARES Y JOEL POBLETE – FOTOS: ARI), PUBLICADO EN LA EDICIÓN N° 45 DE LA REVISTA paparazzi, DONDE, EN LA CATEGORÍA DISEÑO, APARECE DESTACADO RODRIGO “GUSANO” BÁZAES NIETO.

ESTÁ BUENO, CASI TANTO COMO LA NOTA TITULADA bazáes interviene espacios, crea narrativas, gana premios, QUE EL PROPIO GUSANO –AUNQUE NUNCA LO RECONOCERÁ- ME PRESIONÓ PARA QUE ESCRIBIERA EN NOVIEMBRE DE 1999, CUANDO TRABAJABA EN EL HISTÓRICO DIARIO el nortino.

-Elegimos a un grupo de personalidades sub 40 que, sin bombos ni platillos, están dando que hablar en sus rubros. Son los nuevos influyentes y, aunque la mayoría reniega del título, sus nombres son sinónimo de éxito y buenas ideas. Sabemos que no están todos, pero podemos asegurar que todos los que están, de una u otra forma, marcan pauta en la agenda nacional.

RODRIGO BAZÁES
Diseñador, director de arte en teatro y cine, 32 años


El teatro era su pasión desde sus días de infancia en Iquique, cuando armaba historias con títeres y escribía, dirigía, diseñaba y actuaba en sus propias obras. Porque si bien cuando se vino a Santiago a los 18 años a estudiar teatro en la Universidad de Chile terminó decantándose por el diseño, Rodrigo Bazáes reconoce que siempre sintió “ese concepto integral del teatrista”. Estando en cuarto año, en 1996 le tocó encargarse del diseño de la obra La Misión de Heiner Müller, con un elenco encabezado por Néstor Cantillana y Paulina Urrutia y dirigido por el alemán Alexander Stillmark; este recordado montaje, que con el tiempo se ha convertido en un referente de las tablas locales, fue el punto de partida para una fructífera trayectoria que en una década ha incluido hitos como cuando el Teatro Nacional le encargó las cuatro obras que incluía la temporada 1996 –con piezas como Fantasmas Borrachos y Casa de Luna- su colaboración con Ramón Griffero en montajes como Brunch y la reposición de Cinema Utoppia, el concepto espacial del Teatro del Puente, su elogiada labor junto a La Troppa en Gemelos, con el afamado cineasta Michael Radford en la obra Novecento y Raúl Ruiz en la reciente Infamante Electra.

Sin embargo, fue el cine el que le ha permitido llegar a un público más amplio: partió el 2000 con Boris Quercia en LSD, volvieron a juntarse en Sexo con Amor y hace poco vimos su trabajo en Fuga, pero afirma que fue con su laboriosa y detallista dirección de arte en Machuca que se sintió “con la madurez y confianza en el lenguaje del cine, por eso me propuse empezar a participar en películas que me puedan identificar o mover algo”. Pero este artista amable y sencillo está dispuesto a incursionar en nuevos terrenos creativos: hace unos años postuló fallidamente al Fondart con Pelo Negro, Boca Arriba, un documental ficción que tras su paso por el taller de dramaturgia de Juan Radrigán terminó convirtiéndose en una obra teatral con la que ahora sí ganó el Fondart. No sólo piensa debutar en la dirección con ella, sino además está escribiendo un guión sobre esta metáfora del pelo y las peluquerías que se convertirá en el próximo filme de Andrés Wood, al que considera “un padrino, por su manera de mirar el cine”. Definitivamente, Bazáes es un artista integral con todas las de la ley.

21.7.06

"Balada de los Amantes del Camino de Tavernay" en La Estación



Anoche fui al Estación 1800 con mi amiga personal Viqui Montaño -que no salía hace como tres meses, desde que nació su segunda hija, cuyo nombre en aymara no recuerdo. La grande, de nombre quechua Sut'yam, ya tiene nueve años-. Primera vez que encuentro una mesa vacía en ese local. Qué manera... Y qué manera de salir la gente en esta ciudad. En fin, esa una de las cosas buenas que tiene.
El punto es que se presentó un grupo que hacía los típicos temas de rock shileno de los 90s y otros romanticones. Poco a poco se fueron envalando y de pronto tocaron una versión medio rockera de la "Balada de los Amantes del Camino de Tavernay", tremenda canción del tremendo Pato Manns. Les salió como el uracho, pero la gente, que extrañanamente me pareció escuchaba la letra, los aplaudió más que la cresta después de esa canción y no antes...
No sé si será una versión propia o de otro grupo onda Los Bunkers y tampoco sé si sería por eso o por efecto del segundo Martini-vodka-agitado-no-revuelto que tomamos Pierce Brosnan y yo, pero me emocioné y quería compartirlo con ustedes, comunistas de mierda.

01 de mayo de 2006

5.7.06

¡El pisco es del que se lo toma!


Por http://artalhahn.blogspot.com

“Lo que pasa es que el pisco tú lo llevas para un cumpleaños, pe; no es para todos los días, ¿manyas?. Por eso en Perú se toma tanta cuba libre, porque el ron es barato, pe; en cambio el pisco es refinado, caro y para ocasiones especiales”, fue la respuesta de Laurita, mi chibolita a la que le consulté, un tanto desafiante, porqué en su tierra defendían tanto al pisco si pescaban mucho más al ron. Claro, ella no tenía dudas de que el brebaje parrense era de ellos, los de la tierra del Rimac, dueños de la cebolla morá, los ceviches con conchas negras, los manís serranos, las cremoladas y los carros sangucheros; del Colca, la Cruz del Cóndor, el Misti, Chachani y Picchu Picchu; de Camaná, Mollendo y Miraflores.

“Por algo hay una ciudad que se llama así un puerto por donde se exportaba aguardiente de uva a España desde los tiempos de la Colonia, que no es rebautizada como la de ustedes. Esa que está en la Cuarta Región”, decía con precisión teutona esta esmirriada criatura nacida entre las piedras de trece ángulos, de los cuatro suyos, el puma, la serpiente y el cóndor; los salones imperiales de Ormeños y Cruz del Sur, al ladito del otro Kamikaze, del Mama Africa, Ukukus y el Up Town; de Sacsayhuamán, los Apus, el Cienciano, Urubamba, Vilcabamba, el Macchu, el Wayna, Pisac y Ollantaytambo....

Yo le decía que filo, que fuera de los dos o de nadie. Que qué importaba si el Singani era checo o eslovaco o que el Pintatani lo embarrilaran en Colchagua en vez de Codpa, si al final, lo podías disfrutar igual. ¿O no? Pero dale. Ella movía su cabeza de un lado para otro. Sin hablar, mordiéndose el labio y mirando con cara de qué parte no entiendes pe’s. “Es así y punto, no seas meloso”, repetía con la misma bronca con la que Pantaleón Pantoja miraba al Chinche, con la misma fatiga de los cabros de Bayly o el mismo cansancio de algunos estresados por esa constante búsqueda que plantea Bryce Echenique...

A mí me gustaba. Ella, su defensa y el pisco. De hecho, tenía senos de uvita. Chiquititos, brillantes y algo ácidos. Y claro, con pepas. Y aunque no voy a hablar de secretos de alcoba ni nada parecido, puedo decir que las relaciones bilaterales distaban mucho de las disputas costeras y acuosas con la que se han movido nuestros países.

“Mira. La práctica aconseja beberse la piscola con harto hielo, de pocos besitos, pero lo mejor es tener la dicha de rellenarlo, sin culpas, una y otra vez con ese brebaje alegre y corajudo de nuestras uvas. O las de Perú. Da lo mismo”, le decía parafraseando algo que leí en google mientras me servía otro cortito y le estiraba la trompita, la que mi vieja mandó a hacer en Santiago, pero parió, con fórceps y todo, en Antofagasta, pero que trajo casi al toque a Iquique, que fue tierra del Huáscar, Grau, Gracilazo de la Vega, Tupac Amaru, Sendero Luminoso; la cuna de Augusto Ferrando, Magali, la Urraca de la TV, la señorita Laura, el hueón patuo de Fujimori, el vacuna de Vladimiro Montecinos y el aún más fresco de raja de Alan García...

“No, el pisco es sin bebida”, contestaba ya con las cejas enyeguesidas, un espolonazo que daba pie para hablar de la “denominación de origen” y otras hierbas, que a esa altura, amparado en el amor universal que nos profesábamos, podía ser casera local, prensá paraguaya, la orange hidropónica de Amsterdam o el skank limeño, esa ciudad de cerros borrascosos y demasiados contrastes que alberga la calle de las pizzas, Miraflores, Barranco, Larcomar, el Bizarro, el Muelle Uno, el Boulevard Los Olivos, al Penal de Lurigancho y el Tequila, la alternativa a los que les gustaba ir a escuchar a Pedro Suárez Verti y su me estoy enamorando, un hit bien paja que sonaba en todas las fiestas de 15...

“El pisco, así como la piscola, son de quien se la toma y punto”, le decía y me servía, parapetado en que mi argumento, que se cimentaba en que realmente daba la misma hueá. “La piscola sí, es chilena. El pisco es peruano”, sentenció. Segundo espolonazo. Al abordaje.

“¿Te hay metido alguna vez a una piscina de madrugada con un copete en la mano?, ¿cantando hueás?. Los piratas. El himno del colegio Qué se yo. ¿Te importa de dónde viene el líquido? ¿porque sabis pa dónde va?”, le dije ya envalentonao, antes que me saliera con que las papas a la huancaína, y no las de huaycaína, son de ellos y no de la Huayca. Estaba enojao. Estaba nublao.

Después, al otro día, cuando quizás cuantos chinos se chantaban sakes y su vieja me despertó para atacar el mondonguito, apareció la caña, que si fue sólo mía, pero que capié con ella, que es de la tierra del Rimac, la cebolla morá, los ceviches con conchas negras, los manís serranos, las cremoladas... Ese día brindamos abrazaditos. Le gusta posco.

3.7.06

Email abierto a Karin Gjuranocdzsrtmcvncovic


Gjuranovic,
espero que estés bien cuando leas esto en Coquimbo, Santiago o ¡Cuba!.

Lo escribo después que hablamos, cuando te estabas subiendo al auto. No sé por qué pensaba que te ibas en la noche y que podía llevarte los dolarillos más tarde. Tal vez el partido Alemania / Argentina nubló mi mente... Soy hombre, puedo hacer sólo una cosa a la vez -aunque, al menos, es siempre una cosa más o menos lógica-.

En fin, según lo conversado y si quieres, si puedes, si no es inconveniente, si te tropiezas con una disquería, te agradeceré que veas CDs de lo que algunos llaman la Novísima Trova -aunque Silvio dijo que hay una Solísima Trova-. ¿Nombres?, recuerdo a Frank Delgado -ese te gustaría... Una vez se presentó en la Udec-, Gerardo Alfonso -también estuvo en ConC. Yo lo vi-, Santiago Feliú -que es medio densilandia... No sé. Mejor no- y su hermano Vicente Feliú -éste es muy bueno y es más bien de la generación de Silvio, de la Nueva Trova, pero igual no se encuentra musho en Shile. Menos en la República Independiente de Iquique-. Aunque estos cubanos tienen tantos cantantes, que cualquier trovador que esté de moda, va a ser bueno.

La única disquería que yo encontré quedaba en el centro de La Habana -que no es lo mismo que la Habana Vieja- a una cuadra, o poco más, del Hotel Havana Libre -Hotel Hilton, antes de la Revolución-. Pero, te repito, sólo si se da, porque no es una ciudad para ir de compras.

¿Por qué?

  • La Habana es una ciudad tan turística, y los habaneros tienen tal conciencia de eso, que es casi imposible que te pierdas los lugares más importantes como (tomar cerveza en) el Malecón, (caminar por) el Vedado, (tomar helados en) el Copelia o (simplemente mirar) “la Catedral sumergida en su baño de tejas”... Y la Habana Vieja toda. El Museo de la Revolución, el Capitolio también podrían gustarle (compañera).
  • Los restoranes pueden ser caros. Sobretodo los “paladares” de comida típica... Aunque éstos son exquisitos. Alternativa: Precisamente en el Habana Libre uno se puede servir pizzas y sandwiches. Para salvarse.
  • Los taxis estatales, más modernos y ordenados, son más caros, pero, dicen, más seguros. En todo caso, yo anduve en los otros, en los taxis particulares, y no tuve ningún problema. Eso sí, no te subas a los “camellos”, unos buses grandes, parecidos a los de la Fach, que funcionan como micros.
  • Lleva dulces, una bolsa de Fruyelés por ejemplo. La gente, no sé por qué, te pide dulces en la calle. Especialmente los niños y viejos.
  • Las monedas de un peso cubano son preciosas, porque tienen la imagen de Che. Para tus amigos comunistis puedes traerselas de regalo. Yo, imitando a mi amiga personal Vicky Márquez, traje monedas y diarios, y quedé como rey.
  • Los cubanos son muy educados, pero, para nosotros, pueden parecer patudos, porque son grandotes –aunque para ti no tanto-, hablan fuerte y te tutean en la calle. No te asustes. Los Jineteros también son así. Ten cuidado, pero tampoco te asustes.
  • Es un pueblo al que les gusta compartir. Lo ha hecho toda la vida... Mi mejor recuerdo es cuando un grupo de músicos cubanos que acabábamos de conocer nos cantó “Pequeña Serenata Diurna” en el malecón, con las luces de (el enemigo) Miami de fondo. “Vivo en un país libre / Cual solamente puede ser libre / En esta tierra, en este instante / Y soy feliz porque soy gigante... Y pido que me perdonen / En este día / Los muertos de mi felicidad...”

Y, utilizando un concepto de mi amigo personal Luis Cortés, aprovecho de despedirme, porque uno no vuelve a ser el mismo después de estar en otro mundo. Y Cuba es lo más parecido a otro planeta en este mundo de mierda. Espero que la nueva Karin sea tan simpática como la antigua...

Oye, quedó bonito esto... Lo voy a subir a mi blog.