23.4.07

El futuro de RTC

EL diario 21 de iquique TIENE SUS GRACIAS... ENTRE ELLAS, LA LIBERTAD CON QUE CUENTAN SUS PERIODISTAS Y REPORTEROS A LA HORA DE REDACTAR. ESTA COLUMNA DEL COLEGA cristian soto ES UN EJEMPLO. PERO ADEMÁS TIENE LA GRACIA, NO MENOR, DE ESTAR BIEN ESCRITA. Y ESO -COMO DICEN LOS SIÚTICOS- SE AGRADECE.
COINCIDO. CON LOS SIÚTICOS Y CON soto. LEAN LO QUE PIENSA SOBRE rtc, JUSTO AQUÍ, ABAJO.
TEXTO: CRISTIAN SOTO
Una de las primeras medidas anunciadas por la recién electa alcaldesa suplente de Iquique fue la transformación del consorcio de comunicaciones RTC, Radio y Televisión de la Cormudesi, sobre la base que tanto la radio como el canal no estaban reflejando realmente su misión, que no es otra que ser un medio de comunicación para todos los iquiqueños, y no una palanca de apoyo público para quien encabeza los destinos de la ciudad.
Lo paradójico del caso es que no había alcanzado a pronunciar la última palabra de la última silaba la señorita Myrtha, cuando ya había pululando en torno a ella un grupúsculo de personajes de dudosa categoría, ofreciendo sus servicios para reemplazar a quien fuera, hasta el jueves, director de esta cadena, Guillermo Cejas.

Seamos claros: personalmente, pienso que este canal debiese cambiar en 180 grados, y en forma rápida, porque la comunidad está cansada de no verse reflejada en las pantallas ni en las ondas del consorcio. Un cambio que apunte a lo que debería ser un medio informativo comunal.
Pero viendo a quienes comenzaron a hacer las genuflexiones de rigor ante el nuevo poder constituido en el edificio de la ex Aduana, me asaltan serias dudas acerca del futuro que tendrá RTC, más allá de que le cambien el nombre, y que cambien los nombres de quienes trabajan en la estación.

Dudas porque en Iquique se ha hecho fuerte el imperio de los mediocres del periodismo, de los patanes de las comunicaciones; incluso, se ha entronizado en esta ciudad un grupo de pseudo periodistas que sin siquiera tener título universitario se presentan ante la sociedad como paladines de la verdad, la justicia y la moral, y que con algunos versos sacados de la galera, con una voz educada en la estereofonía, con más patas que un ciempiés y con más buche que pato de silabario, se pasean por nuestras calles pregonando los deberes del periodismo, cuando ni siquiera han pasado por una biblioteca universitaria.

Pero como se amparan bajo el lindo paraguas del compadrazgo, de la militancia política o de la servil palmadita en la espalda, siempre están en primera fila a la hora de buscar o repartirse puestos en el sistema público o privado, dejando a todos los que efectivamente pasamos por las aulas y que tratamos de reivindicar esta noble y digna profesión (entre los que me incluyo, a mucha honra) convertidos en algo menos que quijotescas figuras fuera del foco de la libre competencia, del mercadeo y de la patudez.
Por eso me asaltan las dudas acerca de qué tanto va a cambiar el consorcio RTC, más allá de los nombres y los retoques de maquillaje.
Creo que a mucha gente se le abrió el apetito por ocupar este medio para fines más personales que sociales, y pienso que sería una estupidez que el nuevo poder conformado en torno al municipio local pretendiese hacer de este medio una excusa para borrar el pasado y pretender levantar una plataforma de apoyo para la futura elección de alcalde. Lamentablemente, por los rumores que llegan desde palacio, el cambio en RTC estaría apuntando a meros reemplazos de nombres por nombres.

Sinceramente, espero estar equivocado, para mañana pedir las disculpas correspondientes por estas altaneras palabras.

De no ser así, estaremos en presencia de una verdadera oda a la ignominia; una más en esta bella ciudad.